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Ser “intérprete de señas” es definitivamente “El arte de ponerte en los zapatos de otros”. La comunidad de personas sordas en Puerto Rico son de aproximadamente 150,000 (otras fuentes de información dicen que más), y para cada una de estas personas es un reto diario el vivir en un mundo donde lamentablemente la educación sobre el “lenguaje de señas” está relativamente escaso. Mucho más de personas que estén dispuestas a aprender y ayudar a esta comunidad.
No existen un cuando en esta situación que viven estas personas y el sentirse excluídos, ya que a través de los años nacen mucho más personas con esta situación. Necesitamos más concientización sobre este tema y sus dilemas. Para suerte de esta comunidad existen personas “excepcionales, maravillosa y especiales” que se ponen los “zapatos” de los sordos y ayudan a que llegue al mundo de forma más fácil y efectiva, esos son los “intérpretes de señas”.
En Puerto Rico se desconoce la cifra exacta de cuántos intérpretes hay para esta comunidad, pero no se detiene la orientación al público en general para que aprendan a hablar este maravilloso lenguaje.
Conocimos a tres intérpretes que se dieron la tarea de educarse en este tema para servir de ayuda para otros.
Estas personas tienen hermosas historias, como Abdiel Reyrez quien actualmente es “interprete trilingüe”.
Ha trabajado como intérprete en distintos escenarios como universidades, escuelas, oficinas y centros de videollamadas etc. Completó sus estudios relacionados con el lenguaje de señas en tres años y medios de cursos de señas, y de interpretación de lengua de señas en la organización Servicios Orientados al Sordo. Y actualmente está ejerciendo como “intérprete de señas”.
Otra intérprete de señas maravillosa es Carmen “Carmencita” Ramos, quien actualmente es “intérprete de señas” y de igual forma ha trabajado en distintos escenarios como escuelas, universidades, graduaciones, bodas, entrevistas de empleo, hospitales, oficinas médicas, diferentes agencias de gobierno, cuarteles, hasta en el Capitolio y la Fortaleza, en la televisión y en iglesias. Carmen aparte de eso tiene un personaje de muñequita con el cual educar, entretiene y enseña en escenarios donde hay niños.
Y para finalizar, Amanda Justiniano, quien actualmente es maestra de educación especial, obtuvo las certificaciones de los tres cursos de lenguaje de señas. Básico, intermedio y avanzado y como educación continua desea tomar las clases de interpretación las cuales espera comenzar en este verano.
Su interés para aprender este lenguaje comenzó a los 12 años cuando fue parte de un grupo de “homeshooling” y es donde tuvo la oportunidad de ir a una escuela de sordos en el pueblo de Luquillo, y el poder hablar con ellos sólo con el abecedario.
La comunidad sorda nos necesita. No pueden seguir siendo una comunidad aislada del restos de la sociedad como personas que no aportan nada, ya que es completamente todo lo contrario. Son personas excepcionales que siempre dan la milla extra para sentirse que son parte del mundo. Así que hagamos nosotros nuestra “parte” y ayudemos a que ellos nos ayuden a ser mejores seres humanos cada día.