Trabajadores de la compañía privada Altec.

Sigue a oscuras el este de la Isla

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La realidad que se destapa luego del paso del huracán María es abrumadora para todo el país. Irónicamente ha sido el área este, por donde María hizo su entrada, el más olvidado.

La falta de materiales, la quiebra de la Autoridad de Energía Eléctrica, la incomprensión por parte del pueblo, el hablar de una privatización cercana, entre otras muchas cosas, destaparon la olla de grillos que se venía cocinando hace mucho. Las reseñas que ponen en perspectiva el desastre financiero y humanitario en los principales medios del mundo son efectivas.

El periódico El País recientemente reseñó el escrito a mano del periodista puertorriqueño Pedro Reina Pérez, donde habla del restablecimiento pleno de el sistema eléctrico y que si no se daba próximamente, sería imposible hacer balance del daño económico. Se habló de la privatización a sabiendas que no se puede ignorar que está en ruinas.

 

“El proceso de energizar el área ha sido un poco lento debido a la falta de equipo y materiales, la compañía no es como la población lo ve, que tienen todo, hace falta muchas cosas” admitió Cristopher Guzmán, técnico general especial del área de Humacao.

Además enfatizó que el tendido eléctrico quedó destrozado luego del paso del huracán. Más del 50 % de las torres eléctricas colapsaron y era imposible llegar a ellas por la destrucción de las calles.

A principios del mes de abril de 2018, ejecutivos de la corporación pública, asegura que el 95 % del País está energizado. Según el nuevo director ejecutivo Walter Higgins, el último 5% es el que requiere más tiempo y mano de obra. A seis meses del fenómeno atmosférico aún la mayoría del país, especialmente los barrios de la montaña, siguen sin energía eléctrica.

Los alcaldes no se han hecho esperar para arremeter en contra de este planteamiento en los medios, pues Rafael “Rafy” Surillo, alcalde de Yabucoa, estima que el 40% del su pueblo está energizado y las brigadas asignadas no han sido suficiente para restablecer el servicio en los barrios de la montaña.

Los clientes, según Guzmán, han estado desesperados y ansiosos. No obstante el cuerpo de trabajadores explica que han estado haciendo todo lo posible por volver a energizar esa zona. Al preguntarle sobre cómo ha sido la ayuda por parte de las empresas privadas, le limitó a no emitir comentarios.

Sergio Suárez, residente en el barrio Jacanas (Yabucoa) nos cuenta que a seis meses del embate. “Cada vez es más frustrante porque no sabemos en qué va a para todo esto, ahora mismo me siento más tranquilo pero el desespero continua al ver que a todos le llega la luz y yo vivo en el campo, la esperanza se ve más lejos de lo que ya estaba”, indicó.

Suárez afirma que la única acción tomada para energizar ha sido la de reparar las torres que se cayeron, reparación que fue agilizada por compañías externas a la pública. Los residentes han recogido los escombros y dejado las calles transitables ante la falta de participación del municipio según Suárez.

Para varios de los barrios a los que él hace referencia, la energía no ha sido estable. La suspensión del servicio dura de 6 a 8 horas.

Encontramos una fuente de las empresas privadas que prefiere no dar su nombre, pero acepta que el trabajo ha sido uno arduo, no hay materiales, hay veces que sacan de su dinero para comprar lo necesario. Se sienten muy contentos de estar ayudando a la Isla, el pueblo inspira confianza en ellos y eso es lo que los ha hecho seguir.

La agilidad se ve en las calles de Humacao en ocasiones, varias brigadas trabajan durante los siete días de la semana encontrando el momento perfecto para encender.

La Autoridad de Energía Eléctrica contiene redes sociales como Twitter para la difusión de información acerca de las áreas que se energizarán a diario.

Aún así los recursos en el área este se han limitado al  hablar sobre la situación, como si fuera un misterio. Todos dicen lo mismo “debo hablar con el supervisor para saber si puedo ser entrevistado.”

Mientras, el pueblo sigue con su aguante, rezando para que no vuelva otro huracán sin preparación.

Author: Eliza Castro Montes