El uso de herramientas de inteligencia artificial, como Chat GPT, Copilot y Gemini, se ha ido popularizando tanto, que se ha convertido, para muchas personas, en herramienta de uso diario. Aunque a simple vista no lo percibamos, estamos viviendo una transformación en la manera en que buscamos información en internet. De escribir palabras claves o preguntas en un buscador, estamos pasando a tener conversaciones personalizadas con estos sistemas.
Pero para llegar a tener las respuestas o ejemplos que necesitamos, necesitamos hacer las preguntas correctas, en este caso, los “prompts”. Estos comandos son textos o instrucciones que un usuario entra para obtener respuestas precisas y relevantes.
Los “prompts” pueden ser abiertos, cerrados, con ejemplos, contextualizados e interactivos, dependiendo del nivel de detalle y la estructura que se necesite. Un “prompt” bien estructurado debe incluir contexto, una instrucción clara, el formato deseado y, si es necesario, ejemplos o restricciones para mejorar la precisión de la respuesta.
Muchas veces, el resultado será ambiguo, no específico como queremos, no obstante, se puede remediar entrando más comandos para llegar a lo que queremos o ajustar el resultado, por ejemplo, “quiero los resultados como una oración”, o “quiero los datos en una lista”, o “redacta una publicación para redes sociales con la siguiente información”.
Una buena práctica para organizar y reutilizar “prompts” en distintas herramientas es utilizar un “prompt saver”, una extensión disponible en navegadores como Chrome, Firefox y Edge.
Minuto empresarial es una columna del autor que se publica todos los jueves en la sección de Negocios del periodico El Nuevo Día