Los seres humanos nos hemos convertido poco a poco en seres dependientes de la tecnología informática. Desde los correos electrónicos, los chats, hasta los teléfonos inteligentes, vivimos en tiempos donde hemos perdido contacto humano para sustituirlo por contacto electrónico.
Según el portal de información médica WebMD, estudios demuestran que sobre un 61% de la población (presumiblemente estadounidense), se encuentran adictos a la internet y sus contenidos, y el uso de tiempo de pantalla.
Los juegos, las redes sociales y otros tipos de aplicaciones que permiten interacción humana, restan tiempo y destrezas sociales, las cuales afectan el diario vivir, y que para efectos de las personas que nos leen, de comunicarse efectivamente con nuestros clientes. Al igual que he experimentado, de seguro usted, se ha topado con empleados que al momento de atendernos, tienen que “ despegarse” de sus teléfonos para darnos servicio. Es una situación muy deplorable que afecta la relación cliente-negocio y muy bien puede significar el que una persona quiera buscar invertir su dinero en un lugar donde se le atienda apropiadamente.
La desintoxicación digital o “Digital Detox”, es el acto de separarse o desconectarse de la tecnología por un tiempo determinado para recobrar energías y mejorar la calidad de vida de las personas. Volver a comunicarse con amigos y familiares de manera presencial, leer un buen libro, salir de paseo, son solo algunas actividades que pueden hacer que nos recarguemos, que volvamos a ser productivos y mejore nuestra salud.
Más allá de esa vida en línea que nos hace sentir obligados a estar 24/7 adheridos a un teléfono, es necesario hacer todo lo contrario para tener la salud necesaria para seguir con nuestros emprendimientos.
Minuto empresarial es una columna del autor que se publica todos los jueves en la sección de Negocios del periodico El Nuevo Día