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Los puertorriqueños definitivamente somos las personas más curiosas, felices e increíblemente menos preocupadas alrededor del planeta tierra. Somos el pueblo que celebramos cosas que en ningún otro lugar del planeta celebran, y le añadimos nuestra sazón a todo lo que se presenta. A la hora de divertirnos, lo hacemos de las maneras menos convencionales: nos vamos de “chinchorreo”, “vamos a visitar a los panas”, “vamos pa’ casa de tío”, y es que no importa la ocasión siempre estamos de fiesta y comiendo.
“Jangueo” , una simple palabra que involucra una de las actividades más concurrentes y de mayor disfrute de nuestros jóvenes, adultos e incluso de nuestros ciudadanos “pasa‘os” de la edad. Hace unos meses atrás tuve la oportunidad de compartir con un grupo de amigos mexicanos los cuales quedaron enamorados de nuestra isla, pero sobre todas las cosas de nuestros “jangueos”. Nos encontrábamos en el pueblo de Hatillo y ellos se encontraban en Puerto Rico por unas competencias de improvisación desarrolladas por los estudiantes de la UPR de Arecibo y su grupo de actuación, Histriones. Fuimos a compartir en un negocio tipo “bar & restaurant”, y allí les mostramos lo que era una noche de jangueo en Puerto Rico.
El jangueo en Puerto Rico es parte de nuestra cultura y que la mayoría de los puertorriqueños lo practicamos con frecuencia. Imagínese un escenario en el que una semana entera de estrés es aplacada por una noche rodeado de amistades, buena música, un trago y unos pasos para “sacarle el moho al cuerpo”. Hay tantos lugares para janguear, pero en el área metro es quizá donde la mayoría de los jóvenes frecuentan y donde uno puede conocer y compartir con grandes amigos y hacer nuevos amigos. Se podría decir que una de las mejores actividades para dejar el estrés atrás por unas horas es el ir a compartir con unas amistades y disfrutar una noche de jangueo en donde se puede compartir de varias maneras. Jangueo es mucho más que bailar, gozar.
Los negocios locales cuentan con una vasta selección de alimentos y bebidas que deleitan el paladar de los consumidores y esta es una experiencia que ningún puertorriqueño jamás se pierde. Simplemente somos los mejores degustadores gastronómicos en el planeta, jamás nos perdemos la oportunidad de disfrutar, comer, reír y bailar hasta el final.
Otra actividad que solemos disfrutar mucho los puertorriqueños es la celebración de la navidad. En Puerto Rico las navidades comienzan en septiembre, ya en las tiendas podemos encontrar artículos de decoración de navidades. Es la época en la que todas las familias en Puerto Rico se unen olvidando los problemas y situaciones para recibir con felicidad las festividades. El viernes negro todos salen a comprar y aprovechan para comprar regalos para las navidades. Todo Puerto Rico se viste de fiesta con luces coloridas, hermosas decoraciones y fiestas de celebración únicas.
Los platos típicos llegan para disfrutarlos día a día desde los famosos pasteles hasta los deliciosos dulces de majaretes. Cada persona organiza su propia fiesta en su hogar y toda la familia va a compartir y a disfrutar en la sala de la casa de la Noche Buena y de las parrandas que tanto alegran los hogares de la isla. Regalos y festividades son la orden del día y esto hace que sea una de las épocas más amadas en todo Puerto Rico. Son estas hermosas festividades las que hacen que uno se olvide de todos los problemas y sonría, cante y baile con los suyos. Desde la música típica hasta los alimentos típicos las navidades están llena de paz e ilusión.
Los puertorriqueños somos extremadamente aventureros y nuestro espíritu aventurero se avivó gracias a las imágenes capturadas por los mejores fotógrafos del país que se han encargado de mostrarnos los paraísos escondidos en la isla. Hoy en día entramos a las redes sociales y podemos observar los hermosos paisajes de ríos, playas, montañas y bosques que incitan al individuo a querer aventurarse y pasar el día entre ellos. Pongamos un ejemplo sencillo de lo que sería un domingo común y corriente en Puerto Rico, un joven decide invitar a cuatro amigos más para un chinchorreo y todos responden que sí. Cuatro amigos se van de paseo y se van de paseo en su auto haciendo paradas en cada restaurante que ven hasta llegar al bosque de los pinos en Cayey. Eso que les describí es un ejemplo de lo que un buen chinchorreo es.
Darle la vuelta a la isla es una de las mejores actividades que cualquier puertorriqueño debe realizar a la vez que sale de chinchorreo. Nos encanta explorar y conocer, así que conocer la isla de Puerto Rico en su totalidad debe ser una de las prioridades en la lista de cada uno de nosotros. Pienso que conocer la isla y sus encantos ayuda a conocerse uno mismo, esos lugares no son simples paraísos, son lugares de paz. Al mismo tiempo que disfrutamos de un buen paseo ayudamos a la economía local de la isla. No hay cosa más deliciosa que detenerse en una lechonera y disfrutar de un plato de arroz con gandules, guineos en escabeche, pernil, cuerito, ensalada de coditos y de papa. ¿Qué otra cosa puede lograr el efecto que tiene una comida criolla en un chinchorreo?
Descubrir lugares como ríos secretos y poder sumergirse en sus aguas y hacer memorias es una experiencia única que muchos puertorriqueños llevan a cabo. Hay lugares que son de difícil acceso, pero se disfruta muchísimo en ellos. Yo en lo personal considero que chinchorreo es una de las mejores actividades que los puertorriqueños realizan ya que en esta actividad se incluye a toda la familia sin importar la edad y se comparte de una manera muy bonita, al mismo tiempo que se aprende y se crean memorias. Siempre es bueno que los niños tengan la oportunidad de explorar y conocer otras partes de la isla y así no solo comparten con su familia, sino que crean conciencia y amor hacia la belleza y el encanto de nuestra hermosa isla. Las familias se unen y logran hacer lazos más fuertes que nunca se quebrantan.
No hay mejor lugar en el planeta para crear memorias que nuestra pequeña isla del encanto. Desde los jangueos en la placita, hasta el chinchorreo con la familia siempre hay un momento lleno de risas y alegría. Puerto Rico ciertamente cuenta con la belleza y el encanto del que tanto se habla en los medios y en los países fuera de Puerto Rico.