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El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define el término “meditar” como el acto de “pensar atenta y detenidamente sobre algo”, mientras que, el yoga se define como el “conjunto de disciplinas físico-mentales originales de la India, destinadas a conseguir la perfección espiritual y la unión con lo absoluto”. Se trata de mezclar posturas físicas con ejercicios de respiración y meditar en el proceso. “Intenta conectar el cuerpo, la mente y espíritu mediante lo más importante, la práctica” comentó la instructora de yoga Alondra Cortijo. Cuando estos elementos se trabajan de manera simultánea y consistente, es posible lograr un estado de paz mental y harmonía, que va más allá de la técnica en sí.
Se ha comprobado en varios estudios que la meditación tiene grandes beneficios para la salud. Una de las investigaciones realizada por el Dr. Herbert Benson en la Universidad de Harvard con la colaboración de varios hospitales de Boston, informó que la meditación produce una serie de cambios bioquímicos y físicos en el cuerpo. Entre los beneficios que se han detectado en este y otros estudios se encuentra el alivio del estrés, alivio de la ansiedad y depresión, reducción de la presión sanguínea y mejora de la memoria. “Fue cuando a mis cinco años conocí la disciplina, el arte y la ciencia del yoga, el cual me ayudó, no solamente a enfocar, sino a tener herramientas de seguridad… a romper con los miedos.” expresó la entrevistada Alondra Cortijo.
También, provee el desarrollo de la inteligencia emocional y empatía, que se refleja mediante sentimientos y acciones positivas hacia sí mismo y los demás, aumento de la conciencia personal, de la felicidad y mejora la salud emocional. Incluso, científicos han descubierto que las personas que meditan con regularidad desde hace años han generado una capa más gruesa de células en la corteza cerebral. La frecuencia con la que se practica la meditación, la ambientación y la mente abierta son aspectos clave para observar los múltiples resultados que puede brindar esta experiencia.
La práctica del yoga y la meditación van de la mano. Se podría decir que al igual que la actividad física y el deporte, esta técnica trabaja el bienestar físico desde el control, tanto de la mente como del cuerpo. En un entorno tan impredecible como en el que se vive hoy día, se vuelve indispensable la reflexión y el desarrollo de vías para alimentar la claridad mental.