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La plaza del mercado de Río Piedras que figuraba en el pasado como una de las más importantes para la ciudad capital donde todos en la área metropolitana iban a comprar, ahora es un reflejo de la decadencia y desigualdad económica que cada vez se hace más evidente en la isla. Si se recorren los pasillos de la plaza y sus alrededores prestando atención se puede ver la otra cara de Puerto Rico que ha sido ignorada por años.
Al entrar a la plaza un hombre compra billetes de lotería en una de las muchas tiendas de billetes de lotería dentro de la plaza. Ya que después de los puestos de verduras y frutas las tiendas de lotería dominan la plaza. Lo cual confirma aún más que las personas de bajos recursos económicos son el motor que impulsa el negocio de la lotería. La esperanza de alguna vez “pegarse en la loto” ha persistido durante décadas en la población de bajos recursos económicos del país.
Al caminar por los pasillos de los puestos de verduras y frutas se pueden observar las pocas personas acercándose a comprar. Algunos pasillos contaban con uno o dos clientes observando. Otros pasillos tenían hasta 8 personas mirando y pasando.
La gran cantidad de tiendas cerradas deja locales vacíos que entre sus rejas acumula polvo. Las personas que gustan comer o tomar algo en la plaza van a los pocos restaurantes que quedan allí y se sientan en las mesas a consumir lo que ordenaron.
Un empleado cocina en el restaurante mientras tiene una fila de cuatro personas esperando. Al igual que el resto de la plaza, el restaurante se encontraba en deterioro. Con vitrinas sucias, rejas empolvadas y oxidadas el empleado elaboraba bebidas que licuaba en una licuadora de bajo costo.
Muchos adultos mayores se encontraban en la plaza solos. Algunos caminaban por los pasillos y otros se sentaban en el área de los restaurantes.
En uno de los pasillos de la plaza se encontraba un deambulante que permanecía parado en un solo lugar. Él veía a la gente ir y venir, se tomaba algo y permanecía ahí.
En la salida de la plaza se encontraba un hombre sentado en una canasta de plástico. Mientras
estaba atento a las personas que iban y venían se tomaba un refresco frente a una tienda
de billetes de lotería.
En las afueras de la plaza un deambulante caminaba en dirección a la plaza del mercado. Él se encontraba en la misma vía que usan los carros para pasar. Por ende, cuando un carro lo
intenta rebasar, pasa cerca de él lentamente y él lo mira mientras continúa caminando.
Un hombre sentado en el piso inconsciente con una sombrilla violeta cubriéndolo. En el fondo otro hombre se encuentra llevando un carro de carga haciéndole caso omiso al hombre inconsciente.
Fotos por Angélica Suárez Gómez.