Sin freno el hostigamiento sexual

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Vas sola de camino a tu auto, tienes un pantalón largo y un abrigo, no muestras nada. Aun así, vas pendiente a cualquier movimiento extraño a tu alrededor. Tienes que pasar por delante de un grupo de hombres, así que tratas de acelerar el paso y lucir tranquila, aunque por dentro estas nerviosa porque ya sabes lo que va a suceder. Y efectivamente comienzan los piropos indeseados y las miradas insistentes. Afortunadamente, para algunas todo acaba ahí, para otras eso es solo el comienzo. No es necesario decir “imagínense esta situación” ya que muchas mujeres hemos pasado por esto.

“Las personas creen que son simples piropos y que uno debe agradecerlo porque eso significa que eres bonita pero todo lo contrario, es horrible salir y que todo el tiempo hayan hombres que solo te vean como un pedazo de carne. Solo pienso una cosa, ¿acaso no tienen madre, esposa o hijas? ¿Les gustaría que ellas pasaran por eso? ¿Cual es la necesidad de hacernos sentir tan inseguras a la hora de salir a la calle? No se lo deseo a nadie.” expreso una víctima de hostigamiento sexual.

Para la mayoría de las mujeres salir a la calle hoy día es más un desafío. Nos enfocamos más bien en llegar sanas y salvas a nuestro destino y olvidamos por completo que deberíamos sentirnos libres y no valientes. Según una encuesta realizada en Twitter por esta servidora, un 53% de las mujeres han sufrido acoso sexual en múltiples ocasiones.

El acoso se puede manifestar de diversas formas, tales como: físico, conductual o verbal. Pero ¿cómo podemos identificarlo? En el siguiente video la sexóloga Patricia Gómez explica qué hacer al momento de sentirse bajo acoso, además explica los distintos tipos y posibles reacciones para salir adelante de esta complicada situación.

La experta Patricia Gómez da consejos sobre qué hacer si eres víctima de acoso sexual (YouTube)

A veces es díficil aceptar que hemos sido víctimas de hostigamiento o acoso sexual. Pero es importante tomar acción y buscar ayuda de un profesional una vez lo identifiquemos. El otro paso es denunciar al agresor. Y recuerda, no es tu culpa. Ni siquiera por la ropa que lleves o por la hora en la que decidas salir. La culpa es del agresor y por eso debemos denunciar. Basta de sentirnos así, merecemos ser libres.

Author: Yeiraliz Alicea