Al igual que muchas personas en nuestra isla, recurro a chats de inteligencia artificial para hacer consultas o simplemente para satisfacer mi curiosidad sobre diversos temas. Este fin de semana, durante un viaje al oeste, consulté a ChatGPT sobre “coffee shops” abiertos en la ruta. Los resultados fueron muy buenos, pero me sorprendió que no incluyeran algunos negocios que conozco, que están en la carretera y abiertos ese día.
¿Por qué ChatGPT no los incluyó?
Al preguntarle, su respuesta fue: “Mi búsqueda inicial priorizó cafés en zonas urbanas con reseñas específicas como ‘coffee shop’ estilo barista, pero (el negocio) es más restaurante-cafetería tradicional en carretera, no siempre listado en directorios de ‘coffee shops boutique’”.
La respuesta añadió que el listado presentado se enfocaba en “cafés con reseñas recientes en áreas metropolitanas o con ambiente ‘cool’ estilo barista, por lo que lugares de carretera pueden quedar fuera en búsquedas automáticas sin filtrado manual”.
Es una situación sencilla, pero importante para los dueños de negocios. No todo orbita en torno a las redes sociales ni a la presunción de que “todos” conocen un comercio. Cada vez más personas utilizan chats de inteligencia artificial para recomendaciones, por lo que resulta necesario incluir en la lista de tareas la optimización de la información del negocio, en especial la forma en que está catalogado públicamente. Si la plataforma solo permite una categoría, como “cafetería”, conviene añadir “coffee shop” en la descripción, mantener actualizada la información en Google Maps y otros directorios, y facilitar que estas herramientas encuentren lo que el usuario solicita y que el negocio pueda concretar una venta.
Y sí, al final sí pude disfrutar de mi café.














