Para muchos empleados, es común llevar sus teléfonos inteligentes y tabletas al trabajo. Algunos llegan a utilizar sus equipos para realizar tareas relacionadas a su empleo. Pero, ¿es esto aconsejable?
Unos pensarán que no hay nada malo en ello, ya que el patrono se ahorra el precio del equipo y la conexión, pero otros pensarán que pretender que el empleado utilice su propio equipo para asuntos laborales, es abusivo. Lo importante es que ambas partes estén claras sobre el asunto y las responsabilidades de cada parte cuando se utiliza equipo que no pertenece a la empresa.
La política de “Bring Your Own Device” (BYOD), o “Trae tu propio dispositivo“, es una práctica adoptada por muchas organizaciones que permite a empleados utilizar sus propios dispositivos personales (como teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras portátiles), para acceder a las aplicaciones y datos de la empresa.
BYOD ofrece beneficios como el ahorro de costos y mayor flexibilidad para los empleados, pero también enfrenta desafíos relacionados con la seguridad de datos, como la posibilidad de propagación de malware, y compatibilidad de los dispositivos.
No solo eso, el acceso a redes e información laboral desde un dispositivo personal es un asunto que siempre debe ser parte de una política empresarial para manejar acceso y seguridad de los equipos, como por ejemplo, quién responde cuando el equipo sufre daños durante su uso y quien paga los datos de acceso.
Minuto empresarial es una columna del autor que se publica todos los jueves en la sección de Negocios del periodico El Nuevo Día