En una sociedad que vive gran parte de su día conectado a tu teléfono inteligente, es una movida inteligente de parte de un empresario el analizar si su negocio se beneficiaría de tener su propia aplicación móvil.
Son muchas las empresas que cuentan con presencia en muchas plataformas digitales y sociales, además de aplicaciones para los principales sistemas operativos móviles, iOS y Android. Esto se debe a que les brinda una mayor visibilidad y accesibilidad para llegar a sus clientes. Una aplicación móvil permite a las empresas conectarse directamente con su público objetivo en cualquier momento y lugar. Además, proporciona una plataforma conveniente para ofrecer servicios y productos de manera rápida y eficiente. Claro, también para recopilar datos valiosos sobre el comportamiento y las preferencias de sus clientes, lo que puede utilizarse para mejorar sus estrategias de marketing y tomar decisiones.
Ahora, para desarrollar una aplicación móvil, hay que sopesar las opciones accesibles. Una opción es contratar a un equipo de desarrolladores profesionales, aunque esto puede resultar costoso. Otra alternativa viable es utilizar plataformas de desarrollo de aplicaciones sin necesidad de conocimientos técnicos, como Appy Pie o BuildFire. También se puede considerar contratar “freelancers” especializados.
Tenga algo claro, no crea que podrá crear una aplicación como usted quisiera y que le resulte gratis, por lo que es sumamente importante tener un presupuesto disponible, además de los objetivos del proyecto (que quiere lograr), y sobre todo, la calidad de la aplicación final.
Minuto empresarial es una columna del autor que se publica todos los jueves en la sección de Negocios del periodico El Nuevo Día