Los creadores de contenido, especialmente los “influencers” digitales, han surgido como figuras prominentes para muchos en la sociedad. Su capacidad para alcanzar audiencias e influir en opiniones es innegable. Sin embargo, con este poder surge una responsabilidad que a menudo se pasa por alto: contribuir al estado.
Hoy en día, existe una gran incertidumbre sobre las leyes que regulan a los creadores de contenido digital, especialmente cuando colaboran con marcas y reciben compensación en forma de dinero o servicios. El desconocimiento predominante proviene de los mismos creadores, quienes pueden pensar erróneamente que no están sujetos a regulaciones y que no tienen la obligación de informar sobre sus ganancias.
Las contribuciones que los influencers pueden estar obligados a pagar pueden incluir impuestos sobre la renta, ventas, nómina en caso de tener empleados (como camarógrafos), así como cualquier otro impuesto local, estatal o federal aplicable a sus ingresos y actividades comerciales.
Es muy importante que los creadores entiendan esto, y que tienen obligaciones fiscales y que las tienen que cumplir, como todos nosotros. Esto implica mantener registros detallados de sus ingresos y gastos relacionados con su labor, y rendir anualmente como todos los individuos y comercios. Para los creadores de contenido que tengan dudas sobre estos asuntos, les recomiendo que vayan directamente al Departamento de Hacienda o a un contador profesional para recibir una orientación especializada.
Minuto empresarial es una columna del autor que se publica todos los jueves en la sección de Negocios del periodico El Nuevo Día