Hoy en día, muchas empresas utilizan la inteligencia artificial (IA) para atender clientes, crear contenido y automatizar procesos. Sin embargo, todavía hay muchos comerciantes que no la han implementado, mayormente por desconocimiento de sus usos y de la variedad de opciones que existen.
Así como la IA puede impulsar el crecimiento de tu marca, también puede jugar en tu contra si no se utiliza con criterio. Más allá de emplear herramientas como ChatGPT para crear imágenes de ti mismo como el Papa o un Sith Lord —y quizás hacer que la gente se ría—, no hacer pruebas, no tener configuraciones adecuadas, abusar de las imágenes generadas o publicar datos erróneos o no corroborados puede hacer que los clientes pierdan confianza en tu marca.
En cuanto al contenido para plataformas digitales y redes sociales, depender únicamente de la IA para generar todas tus publicaciones puede hacer que tu comunicación suene “genérica”. Créeme: quienes te leen notarán la diferencia. Y en un mundo donde la autenticidad y la conexión con las audiencias son esenciales, esto provocará justo lo contrario. Asimismo, no revisar ni editar los textos generados por IA podría llevar a que errores conceptuales y ortográficos lleguen a publicarse. Lo mismo ocurre con las imágenes: contenido incoherente o con fallos visuales afectará tu estrategia, proyectando una imagen de descuido o impulsividad.
La clave está en entender que la IA no es responsable de cuidar la imagen de tu negocio; es simplemente una herramienta para ayudarte a alcanzar tus objetivos. Hay que darle un toque humano a las publicaciones y a las respuestas de tu chatbot, de manera que reflejen el mensaje que realmente deseas transmitir. Busquemos que la IA no sea el fin de tu negocio, sino un apoyo para su éxito.
Minuto empresarial es una columna del autor que se publica todos los jueves en la sección de Negocios del periodico El Nuevo Día
