Las plataformas sociales hace mucho que se convirtieron en parte inseparable de nuestras vidas. Sea para ese ‘selfie’ con amistades o para promocionar nuestros negocios y atender clientela, el uso de las redes sociales es tan común ya como el café de la mañana o lavar nuestra ropa.
El uso de estas plataformas no solo trae alegría e información, sino que puede ser un gran distractor que afecta la productividad en el trabajo. Con solo unos minutos de revisar Instagram o TikTok, cualquier persona puede perder el hilo de la tarea, y tiene —aunque parezca poco importante— que recuperar la atención total a lo que estaba haciendo, hasta que nuevamente levanta el ‘smartphone’.
Las pausas en el trabajo son necesarias. Sin embargo, cuando consumimos contenido como noticias, conflictos entre personas, escándalos, etc., puede tornarse en un asunto de discusión que bien puede desviar la atención del trabajo y hasta drenar la energía emocional del empleado.
Para las personas que trabajamos a diario con las redes, atender al público mediante ‘inbox’ o comentarios de publicaciones puede convertirse en una tarea drenante. Un comentario impulsivo, una queja pública o un contenido ofensivo pueden escalar rápidamente y dañar no solo la imagen del empleado, sino también la de la organización.
¿Cómo podemos trabajar con estas situaciones? Tanto la empresa como el empleado deben poner de su parte. Por parte de la empresa, comunicar sobre reglas para limitar estos espacios de consumo de contenido, y del empleado, a no abusar del tiempo de consumo e identificar cuáles contenidos pueden ser distractores y evitarlos en turnos de trabajo.
Minuto empresarial es una columna del autor que se publica todos los jueves en la sección de Negocios del periodico El Nuevo Día