El uso de tecnología en el ecosistema empresarial moderno ha ayudado en varios aspectos, no solo en lograr mercadearse en plataformas digitales, sino también a regular y simplificar la logística y consumos de un negocio, esos que hacen que sea una enorme carga económica.
El Internet de las Cosas, o IoT, es el concepto detrás de lo que llamamos “casas inteligentes” o “negocios inteligentes”, puede ayudar, mediante sensores, a monitorear el consumo de energía en áreas específicas, como sistemas de iluminación, de ambiente (climatización), o equipos de oficina. Con éstos datos, el empresario puede identificar áreas de mejora y oportunidades de ahorro.
Estos conceptos ya existen, y hay varias empresas que se dedican a instalar estos sistemas para poder monitorear equipos y enviar los datos a paneles de control accesibles a través de la web y/o aplicaciones móviles. Por ejemplo, aquellas donde se puede monitorear la ubicación, el estado y la utilización de activos como vehículos, equipos y maquinaria.
Los encargados de las empresas, al identificar patrones de uso ineficiente o desperdicio de energía, pueden tomar medidas para optimizar la operación de equipos, como ajustar horarios de funcionamiento, regular la temperatura o apagar equipos cuando no están en uso. Esto no solo ahorra dinero, sino que también reduce la huella de carbono de la empresa, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental.
Minuto empresarial es una columna del autor que se publica todos los jueves en la sección de Negocios del periodico El Nuevo Día